El objetivo de los trabajos a desarrollar en este proyecto es la conservación y restauración del patrimonio histórico y natural del municipio de Biescas, deteriorado por el paso del tiempo, la falta de conservación, de mantenimiento y de limpieza.
Las actuaciones se llevarán a cabo en el trazado de la antigua muralla medieval de Biescas, en el tramo que discurre desde la calle El Tinte hasta el inicio de la calle San Juan de la Peña, y en el sendero tradicional que discurre entre Javierre del Obispo y Satué, en su parte situada al este.
La finalidad de las actividades a realizar es recuperar el patrimonio histórico y natural del municipio para poder ser disfrutado por los residentes y visitantes del territorio
-CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DE LAS ANTIGUAS MURALLAS MEDIEVALES DE BIESCAS.-
Biescas ha sufrido las consecuencias de la Guerra Civil, de la improvisación reconstructiva y del excesivamente rápido despertar turístico. A pesar de todo, aún es posible recuperar una parte de la memoria de su importante pasado medieval. Como testimonio relevante, los restos de la muralla y sus torres merecen un tratamiento especial.
La importancia histórica de Biescas radica en su situación geográfica. Punto de convergencia entre las vías que bajaban de los puertos de Sallent, al norte, por la línea que marca el río Gállego, el flumen Gallicum para los romanos, y las que circulaban en sentido transversal por la vertiente meridional de los Pirineos, la villa dominaba los caminos en el vado del río.
El núcleo original se instaló en la parte alta de una elevada formación rocosa, “La Peña”, con la configuración típica de un emplazamiento romano, del que no tenemos hasta ahora noticia lo cual no quiere decir que no exista. Es la llamada Biescas Subirón, del término latino superius, lo que está más arriba, uno de los muchos topónimos que se conservan tomados directamente del latín. Con el tiempo se transformó en un conjunto medieval que se menciona entre 1.020 y 1.030 en el Cartulario de San Juan de La Peña. Es muy probable que antes de terminar el siglo XI existiera ya el recinto amurallado medieval, jalonado de torres, que defendía la meseta de La Peña, con el caserío, la primitiva iglesia, campos de cultivo, una era comunal y espaciosos prados para el ganado.
El límite exterior de esa muralla alcanzaba por el norte hasta la actual calle del Valle de Tena, anteriormente calle Nueva y, por tanto, extramuros, mientras las viviendas se alinearían en la calle del Calvario, hoy de Santa Elena. Contaba con el apoyo de una defensa rocosa natural, “La Sarreta”, muy destruida. Una puerta en el comienzo de la calle Goya recibiría a quienes llegaban desde el Camino Real o de “Santa Elena”. Más difícil es encontrar evidencias por el nordeste. El desnivel que bordea “La Era” por encima de los campos resulta significativo. A partir de ahí no hay duda de que seguía el camino que llega del “Cementerio viejo” hasta la calle de la Unión, donde para abrirla en el siglo XX, se derribó un trozo de la muralla.
Hasta ahí la parte no visible o desaparecida. Pero toda la cara meridional de La Peña, de este a oeste, conserva de algún modo sus fortificaciones. Un grueso muro de piedra se alzaba a lo largo del borde del precipicio que las aguas del río tallaron durante milenios en el flysch. De trecho en trecho se construyeron torres redondas, con las correspondientes saeteras para disparar los arcos contra el enemigo. La distancia entres ellas sería, según la costumbre, un “tiro de ballesta”
Aún son perfectamente identificables dos de esas torres, en Casa Mercadé y en Casa Pedro José, la parte inferior de otra y el espigón que serviría de base a una cuarta desaparecida en el extremo occidental. En ese punto se cerraba la muralla, dejando fuera una amplia extensión de terreno rocoso, equivalente a un tercio de toda la meseta de La Peña, que se conoce como “El Cemendón”. Seguramente hubo allí un punto de vigilancia y defensa. Pero, sobre todo, El Cemendón, del latín caematunm, literalmente piedra para construir, de donde deriva la palabra cemento, fue la cantera de superficie secularmente explotada para todas las construcciones que se llevaron a cabo en La Peña.
En la zona de la Iglesia de San Salvador se reforzó especialmente la defensa, a causa de la importancia del edificio, para contrarrestar el peligro que suponía el acceso a La Peña por las escaleras y las “escaleretas”, la llegada de peregrinos que recorrían el Camino de Santiago y la fragilidad del flysch.
En 1995 el “Barrio Alto de Biescas” era declarado Conjunto Urbano de Interés (BOA nº 97 de 11 de agosto de 1995, pág. 3064). Así aparece en la relación de Conjuntos Protegidos del Pirineo Aragonés.
Acciones a realizar:
– Desbroce, limpieza y rejuntado de la antigua muralla y zonas aledañas
El desbroce y la limpieza consistirán en la tala, poda y corte de la maleza, despojos, árboles secos o caídos, retirada de piedras sueltas o de cualquier otro material no deseable que se encuentre dentro del ámbito de actuación.
El desbroce se llevará a cabo de forma manual y puntualmente mediante técnica de trabajos verticales.
Los residuos se recogerán para procesarlos, se seleccionarán y posteriormente se triturarán.
El rejuntado se realizará desde la calle El tinte hasta el inicio de la calle San Juan de la Peña, mediante la colocación de andamios y materiales adecuados a las características de la muralla (cemento de cal)
Se señalizarán los elementos arquitectónicos más significativos de forma que se pondrá en valor una parte de los vestigios medievales de Biescas.
-LIMPIEZA DEL SENDERO TRADICIONAL ENTRE JAVIERRE DEL OBISPO Y SATUÉ
Sendero circular de 8 km. de longitud, una parte del mismo, la situada hacia el oeste se encuentra limpia, las actuaciones que se proponen realizar ahora son la limpieza y recuperación del sendero dirección de Javierre del Obispo a Satué, la parte situada en la base de las peñas.
El sendero, de gran valor medioambiental, se encuentra ubicado a los pies del monte de Santa Orosia y pone en contacto dos de los senderos más transitados por los habitantes del territorio y los turistas para subir a la ermita de Santa Orosia, ubicada en el monte del mismo nombre, cuya romería se celebra cada 25 de junio. Existen en total 5 senderos desde 5 poblaciones distintas que dan acceso al monte de Santa Orosia.
La recuperación de esta parte del sendero supone no tener que transitar por la carretera, por lo que protege la seguridad de las personas que lo recorren.
Una vez limpio y señalizado se propondrá a la FAM (Federación Aragonesa de Montaña) para que lo incluya dentro de la Red de Senderos de Aragón como PR (Pequeño Recorrido).
Acciones a realizar:
-Desbroce, limpieza, apeo de árboles caídos y árboles susceptibles de caer y señalización del sendero.
El desbroce y la limpieza consistirán en la poda de árboles, corte de la maleza, despojos, posterior retirada de los residuos. Los trabajos se realizarán con desbrozadoras y motosierras.
La señalización del sendero se realizará de forma provisional mediante señales de madera en espera de su posible inclusión dentro de la red de senderos de Aragón en el que ya se señalizará según la normativa.
Proyecto cofinanciado por el Gobierno de Aragón a través del Instituto Aragonés de Empleo y la Unión Europea a través de la Iniciativa de Empleo Juvenil